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Era engreido y guapetón, pero siempre tenía que aguantar
cosas que no le gustaban.
Una ocasión iba de a pié para lo de Gumersindo Cuello y,
de repente, vió venir en su misma dirección a Susano Recalde.
Mirándolo fijo venía el otro y el tape Paez, molesto, en
cuanto lo enfrentó le dijo, todo encocorado:
--¡Por què me venias mirando, canejo?
Y le contestó el otro, tranquilo:
--Porque sinó, capaz que te piso.
Tantas contestaciones asi recibía el tape Paez, que un ddía
resolvió a aplicarse en el aprendizaje de algunas para dar él
, cuando lo amolasen con la cuestión de la estatura.
Y ya andaba adelantadazo en el asunto, cuando vá y se topa con
Alipio Fagúndez que había salido envinado, un poco bastante,
de los ramos generales de Visitación Camejo.
Y va y le pregunta, todo riéndose, Alipio al tape:
--¡Porque seras tan chico vos, eh? ¡Nunca abiriguaste?
Y el tape contestó:
--Porque yo no soy como vos, pué. Yo tengo un solo tata…
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FRIO EN LOMAS COLORADAS
Famoso el frio aquel. Para ordeñar a la vaca Regino Pardías
tuvo que hacerle una fogata abajo, primero, cosa de “rredetirle” la
leche, porque con el frio, la leche se le había empedernido
a ella.
Pero frio, lo que se dice frio, hizo.
Para hacer la fogata debajo de la vaca Regino Pardías había
andado juntando unas ramas secas, las acarreo, las acomodo y prendió fuego.
Y a lo que el fuego empezó a arder un poco bastante ---¡cosa
de no creer!--- la leña empezó a irse. Una para un lado,
otra para el otro, las ramas, a lo loco, meta irse nomás. Que
lo primero que pensó Regino fue que se las habrían embrujado.
Pero, después se supo.
Como Regino era medio corto de vista en vez de ramas había juntado
víboras. Víboras que estaban heladas.
En cuantito con “el calor” volvieron en sí, se le
mandaron a mudar.
No ordeñó.
Wimpi
El fogón del Viejo Varela
Editorial Freeland 1974
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